Mostrando entradas con la etiqueta ejercicios dislexia primaria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ejercicios dislexia primaria. Mostrar todas las entradas

Ejercicios para mejorar la autoestima familiar

La autoestima es fundamental para lograr que estemos seguros de nosotros mismos, que tengamos relaciones más satisfactorias con los demás, así como un comportamiento más positivo, mayor rendimiento académico... Por ello, os propongo unos ejercicios para hacer en familia y lograr que nuestra autoestima sea más positiva, queriéndonos con nuestras potencialidades y limitaciones.

Tener una alta autoestima nos ayudará a protegernos de las adversidades, y a luchar con más fuerza cuando se nos presenten. Así, será todavía más importante tratar de potenciar nuestra autoestima en el caso de tener dificultades de aprendizaje de la lectura, ya que, por si fuese poco sólo con la dislexia, en muchas ocasiones viene acompañada por una autoestima dañada.

EjerciciosDislexiaNuestra autoestima depende de las creencias que tenemos sobre nosotros mismos en las diferentes dimensiones de nuestra vida, y por nuestra valoración sobre cada una. Será importante conocer algunos ejercicios para potenciarla autoestima a nivel social (como los que tenéis en el enlace), pero también a nivel familiar, ya que en muchas ocasiones la dislexia acaba apoderándose de toda la atención en la familia, haciendo que en ocasiones se olviden las grandes capacidades de cada miembro, lo cual acaba generando muchas tensiones.

Por ello, hoy os propongo algunas divertidas dinámicas para hacer con vuestros pequeños con dislexia y fomentar la autoestima de toda la familia, ¡sin necesidad de moveros de casa!


EL JUEGO DE LAS SILLAS
Si queréis jugar a esto en casa, ¡cuidado de no hacerlo al lado de nada que se pueda romper! ¿Y esto por qué? Porque por un rato tendremos que eliminar la norma de no correr por casa… Como en el juego de las sillas que seguro que conoceréis, haremos un círculo con ellas, poniendo una menos de los que seamos jugando (y cuantos más seamos, ¡mejor!). Se pondrá música, y cuando ésta pare, toda la familia tendrá que correr a buscar asiento. Lógicamente, alguien quedará sin encontrar sitio, pero seguro que no le importa “perder”. Esta persona se colorará en el centro del círculo, y todos los demás tendrán que decirle una cosa que les gusta de ella (lo mucho que ayuda en las tareas del hogar, cuánto alegra al resto de la familia, lo mucho que les gusta lo contento que está por las mañanas…). Seguiremos con el juego hasta que al menos todos los participantes hayan “perdido” una vez.


ANTES Y AHORA
Todos los miembros de la familia que quieran participar tendrán que sentarse en círculo, y pensar un aspecto en el que quien tengan a la derecha ha mejorado con el paso del tiempo. Puede ser algo importante, o pequeñas cositas (desde un cambio de trabajo, a que ahora sabe hacer la cama mejor, o se acuerda de lavarse los dientes sin que nadie se lo recuerde, o una comida nueva que se ha aprendido a hacer). Así, toda la familia, tuviese la autoestima más alta o más baja, se sentirá más competente al darse cuenta de que, en muchas ocasiones, sin proponérnoslo, hemos mejorado. Entonces, si encima nos lo proponemos, ¿no podríamos mejorar todavía muchísimo más y en diversos aspectos?



Belén Tomé - Psicóloga


Mejorar la comprensión lectora en niños de primaria con dislexia

En personas con dislexia la comprensión lectora suele resultar misión imposible, y más a medida que los niños se hacen más mayores y la complejidad de los textos aumenta con cada curso, desde primaria hasta cursos más avanzados. Por ello os daré algunas ideas para mejorar la comprensión lectora en personas con dislexia o dificultades de lectura.

Ejercicios Dislexia
A los pequeños con dislexia les cuesta tanto entender los textos porque tienen que dedicar todos sus esfuerzos a tratar de descifrar poco a poco las palabras, buscar en su memoria su significado, luego hacer lo mismo con las siguientes palabras, para tratar de buscar el significado de la frase completa… Y así continuamente. Visto así, es fácil comprender que al tener que dedicar tanta atención y esfuerzo a cada frase, finalmente no les queden recursos para recordar y entender el significado conjunto de todo el texto. Es decir, les queda mucho menos espacio en su mente para dirigir sus esfuerzos a tareas más complejas que el descifrar palabras, como es la comprensión del texto. Y de ahí la frustración que frecuentemente presentan, y el rechazo por seguir con el esfuerzo sin resultados que les supone leer.

En cambio, quienes no tienen dificultades realizan todos estos pasos de manera completamente automática y sin ser conscientes, lo que, en parte, explica por qué es tan complejo que alguien que no conoce la dislexia y sus implicaciones (como, desgraciadamente, muchos profes) empaticen, comprendan y ayuden a quienes la padecen.

Antes de profundizar en la estrategia que plantearemos hoy, tal vez sea de utilidad recordar algunas actividades y ejercicios súper útiles para mejorar la comprensión lectora, como estos juegos para mejorar en casa la comprensión lectora o ideas para mejorar la habilidad de realizar inferencias mejorando la comprensión.

Por ello, una habilidad más que tendremos que fomentar en nuestros hijos con dislexia o con dificultades en la lectura es la metacognición. ¿Y esto qué es?, os preguntaréis. Esta palabreja (que no me he inventado yo) se refiere a que tenemos que ser conscientes de todo aquello que pasa por nuestra cabeza (o en este caso, la de ellos mismos). Es “el conocimiento del nuestro propio conocimiento”. Esta conciencia de lo que pensamos nos servirá para darnos cuenta de si estamos entendiendo o no el texto que estamos leyendo.
Cuando somos inexpertos o tenemos dificultad con la lectura, si texto presentase frases que no concuerdan con el resto, podríamos no darnos ni cuenta (imaginémonos otra vez este texto de ingeniería electrónica para entender a los pequeños con dislexia, donde nunca encontraríamos incongruencias porque no entendemos absolutamente nada). De hecho, será más probable que identifiquemos incongruencias al escuchar la misma información que al leerla, porque tendremos más atención libre que al leer un montón de palabras que nos suponen mucho esfuerzo.

Para mejorar estas habilidades metacognitivas podemos proporcionar a los niños una serie de preguntas generales que se puedan hacer a sí mismos a medida que leen. Algunas preguntas muy útiles que les podemos enseñar a que se planteen siempre son:
-    ¿Qué sé yo sobre el tema central del texto? El niño debería saber reconocer cuál es la idea principal del texto. Por ejemplo, con un texto que hable sobre dinosaurios, el niño debería plantearse a sí mismo si sabe qué es un dinosaurio, y qué información conoce sobre ellos, para que le facilite la lectura del resto del texto, buscando información nueva que complemente lo que ya sabe, o encontrando nueva información que aun no sabía.
-   ¿Cuál es su contexto? Es diferente si lee un libro que le han mandado en clase (donde debería leerlo con intención de aprenderlo), que si lee un libro que ha cogido porque le interesa (lo que leerá con intención de entretenerse o divertirse), ya que la manera en que habrá de centrar la atención será muy diferente.
-  ¿Cómo se relaciona este párrafo con el anterior? Es decir, si el siguiente párrafo nos está especificando más información sobre el tema principal anterior; si se proporcionan características; si habla sobre otro tema diferente; etc.
-    Imaginarme preguntas que me podrían hacer sobre este párrafo si estuviera en un examen (incluso aunque el texto lo esté leyendo por mera diversión y no sea para clase, ya que nos aseguraremos así de que comprende perfectamente los detalles).

También podemos proporcionarles ejercicios al acabar, como seleccionar entre varias opciones  (a, b, c o d) que nosotros mismos preparemos, cuál de ellas tienen más sentido según lo que han leído. Otra idea es escribir un texto para nuestros pequeños con dislexia en el que añadamos algunas frases que no tengan sentido en relación con el resto del texto para ayudarles a practicar a encontrar posibles frases inconsistentes con el texto leído, fomentando que se acostumbren a pensar siempre en qué están entendiendo y si encaja con lo anteriormente leído, es decir, promoviendo la metacognición, tan necesaria para la comprensión lectora.


Belén Tomé - Psicóloga


Actividades para niños con dislexia ¿Quién dijo que tratarla es aburrido? ¡Juega a los detectives!

“Mi hijo tiene dislexia, busco en internet actividades y ejercicios para tratarla y aparecen tropecientas páginas. Si, es fantástico, porque eso significa que por fin se está dando al tema la importancia que se merece, pero… ¿Cuál son los recursos educativos adecuados para un niño de primaria? ¿Cómo podemos ayudarle en casa?  ¿Con qué actividades tengo que empezar en el caso concreto de mi hijo disléxico? ¿Cómo consigo que aprenda pero no aborrezca la lectura?” Estas son preguntas que, nos pueden venir a la cabeza muy frecuentemente si tenemos un hijo con dislexia y aquí vamos a intentar responderlas.

Lógicamente, cada niño es un mundo, por eso, la primera recomendación fundamental es conocer exactamente en qué falla el pequeño, valorar dónde comete errores cuando lee y escribe: ¿No conoce alguna letra? ¿Confunde letras?, ¿Junta palabras al escribir?, ¿Le cuestan las sílabas de tres letras? Tenemos que estar atentos para detectar y conocer estos errores...
Lo mejor es que vayamos apuntando las letras que no conoce, los tipos de sílabas que más le cuestan… Ya que a partir de esos errores comenzaremos a construir nuestra intervención en casa. Lo más importante es que nos fijemos metas muy pequeñitas cada día, para que después de haber realizado los ejercicios se perciban los progresos. El niño verá que al esforzarse avanza, y no nos podemos olvidar de celebrar esos pequeños éxitos. Esto hará que se mantenga motivado y tenga ganas de seguir adelante. Por eso, tenemos que tener en cuenta no marcar dos metas exactamente iguales en dos sesiones diferentes.

A continuación vamos a ver actividades para niños con dislexia, y para que sean más fáciles de entender voy a explicarlas con ejemplos, que podréis ajustar a las necesidades de vuestro pequeño:
Imaginemos que estamos ante un niño que aun no conoce bien todas las letras y se come y cambia muchas letras al escribir. Nuestra meta final será que conozca todas las letras y aprenda a escribir palabras, pero como hemos dicho, primero tendremos que marcarnos metas más pequeñitas.

Por ejemplo, la primera submeta podría ser trabajar letras fáciles, que ya conoce pero aun le cuestan un poco, para conseguir dominarlas del todo. Podríamos empezar por la a, e, i, m, c, s.
    Actividades para niños con dislexia
  • La primera tarea sería pedir al niño que escriba esas letras, tanto en mayúsculas como en minúsculas, dejándole que empiece por la que el prefiera (para que sienta que tiene control en la tarea).
  • Luego, le pediríamos que lea cada letra, y que nos diga cuál es su sonido: de la “eme” nos debería decir “mmmm”, de la “ese” sería “sssss”…).
  • Una vez que sabemos que sabe cuáles son esas letras y sonidos, escribiremos palabras que SÓLO tengan esas letras. Preparamos una lista numerada (1. Mama, 2. Casi, 3. Mes, 4. Cima, 5. Misa, 6. Cama, 7. Masa, 8. Cesa, 9. Seca, 10. Casa, 11. Meses, 12. Camisa, 13. Sácame…). 
Con esa lista de palabras que hemos preparado, le proponemos el juego que más le va a ayudar y divertir ¡Vamos a jugar a detectives de letras! Tengo una lista de 15 palabras con las letras que hemos visto que ya te sabes muy bien, y tenemos que conseguir encontrar tooodas las letras de esas palabras. ¿Tú crees que vamos a poder? Seguro que sí, ¡que lo estás haciendo genial! A continuación, dejamos que sea el niño quien elija un número cualquiera de la lista de palabras numeradas para empezar por esa palabra.Y ya podremos seguir con los siguientes pasos:
-      Le decimos oralmente al niño la palabra que ha elegido: Por ejemplo, “Cima”.
-      Le pedimos que rompa la palabra en golpes de voz: Ci-ma (Ayuda: con golpes en la mesa).
-      El niño cuenta el número de golpes de voz: Dos.
-    Dibuja tantos cuadrados grandes como golpes de voz
-    Nombra cada sílaba alargando mucho sus sonidos: Cccccciiiii - Mmmmaaaa
-   Contamos el número de sonidos de cada sílaba o golpe de voz: Dos - Dos (Ayuda: Hacemos que se fije en cómo cambia la posición de su boca con cada sonido).
-   Dibuja debajo de cada cuadrado grande el mismo número de cuadraditos pequeños que sonidos tenga cada golpe de voz. 
-    Mientras alarga os sonidos de cada golpe, escribe debajo de los cuadraditos las letras.
-    Escribe toda la palabra.
Ejemplo ejercicios dislexia para niños

Los pasos que no sepa hacer él solo desde el principio lo haremos nosotros, pero en cuanto veamos que el niño puede hacer algo por sí mismo, retiraremos nuestra ayuda (cuantas menos ayudas le demos mejor). El objetivo final es que piense en el número de sonidos que tiene cada palabra, y por tanto, el número de letras, sin necesitar siquiera los cuadrados, aunque para esto necesitaremos varias sesiones, y no es recomendable hacerlo cuando empecemos de nuevo con otro grupo de letras.

Yo he utilizado esta técnica y la verdad es que es sorprendente, ¡consiguen escribir las palabras sin errores! ¿Qué tal os ha ido a vosotros? Me encantaría escuchar vuestra experiencia :-)



Belén Tomé - Psicóloga