¿Es difícil que
tu hijo se ponga a leer él solo, sin que nadie le insista? Aquí te damos unos
consejos que puedes poner en práctica desde casa para que a tu peque le apasione
la lectura.
1. Empieza desde que es pequeño:
Acostumbra a tu peque desde el primer día a que la lectura es parte de vuestra vida diaria. A los bebés les encanta la voz tranquilizadora de alguien leyendo en voz alta. También puedes compartir tiempo con tu hijo leyéndole un cuento cada noche, creando una nueva rutina en la que poco a poco él irá participando más activamente, hasta que llegará un momento en que le surjan por sí mismo esas ganas de leer cada noche. Así conseguirás que la lectura sea parte de su vida desde el principio, haciendo que "se enganche" por las historias ocultas en los libros desde pequeño.
2. Asegurarte de que te vean leer:
Los niños
aprenden muuuucho por observación. Si ven que sus padres, sus figuras de
referencia más importantes, se comportan habitualmente de determinada manera,
probablemente ellos acaben teniendo un comportamiento similar. Por ello, tendremos
que tener cuidado con nuestras conductas negativas (como tratar de no resolver
situaciones conflictivas o frustrantes perdiendo la paciencia y a gritos), pero
también tratar de desarrollar conductas que queremos que nuestros peques imiten
(ya sea leer libros, revistas, blogs…). Será difícil pretender “forzar” a
nuestros hijos a leer (y aún más teniendo en cuenta el esfuerzo que les supone)
si nosotros nunca leemos.
3. Regala libros:
Un regalo
siempre representa algo que se desea, que crees que la otra persona va a
valorar, se relaciona con algo positivo. Por ello, si a tus peques les regalas
libros, lo relacionaran como una “recompensa”, en lugar de como un castigo.
Muchas veces se utiliza una recompensa TRAS haber hecho el “esfuerzo” de leer,
asociando así el hecho de leer con un trabajo costoso que no se debería hacer
sin una motivación externa, como: “Si lees 15 minutos puedes salir a jugar”. Lo
que tratamos de hacer aquí es lo contrario, es hacer que la propia lectura se
convierta en una recompensa en sí misma, que sea emocionante recibir un libro y
leer.
4. Escoge libros apropiados:
En cuanto a la
dificultad de lectura, asegúrate de que es la apropiada escogiendo bien la
sección de su nivel en la biblioteca o librería. Si el libro es demasiado largo
para el niño acabará perdiendo el interés, al igual que si tiene demasiadas
palabras desconocidas. También es importante que el libro sea apasionante para
el niño, y de un tema que le interese, así no querrá parar de leer hasta que
descubra qué es lo siguiente que pasará en la historia. Buscamos que “se
enganche” a leer, que descubra lo reforzante que puede ser un libro, ya que si
se descubre la pasión por la lectura desde peque, no se verá esta tarea como
una obligación, sino como un hobby.
Una buena idea
es buscar opiniones de libros entre conocidos o páginas web, para asegurarnos
de que hacemos una buena elección.
5. Prepara un espacio de lectura:
Sera incluso
mejor si lo preparas con él, para que comparta tu entusiasmo por este proyecto.
No tiene que ser un espacio enorme, bastaría con una pequeña estantería al lado
de una silla, o una mesita en la esquina del sofá o en su habitación. Hay que
elegir un lugar con buena luz en el que podamos dejar sus libros favoritos o el
que está leyendo en ese momento, para que el pequeño sepa que, cuando desee,
tiene un sitio cómodo y acogedor para leer, con todos los libros a su alcance,
fomentando, de nuevo, su sensación de que tiene capacidad de decisión.
6. Deja que elija qué quiere leer:
Que sea él quien
tome la decisión de qué leer. Esto le dará más ganas de leer, ya que ha sido él
quien ha querido hacerlo, se sentirá más autónomo y con capacidad de decisión.
Así te asegurarás de que el tema que ha escogido le entusiasma y es el que le
apetece en ese momento. En “su biblioteca de casa” podrá elegir cualquier libro
en cualquier momento, ya que estarán siempre accesibles y adaptados a su nivel.
7. Léele tú mismo:
Esto es
suuuuuúper importante. Cuando son pequeños, y aun no saben leer, si nosotros
les leemos comenzarán a descubrir la pasión y la emoción que puede desencadenar
un libro, además de poder crear lazos más fuertes y compartir actividades placenteras
con nuestro hijo. Una vez que comienzan a leer, al principio supone un esfuerzo
grandísimo, tienen que estar más pendientes de tratar de descifrar ese lío de
letras que de disfrutar (e incluso enterarse) de la historia. Lo mismo ocurre
si nuestro peque tiene dislexia o dificultades específicas en la
lecto-escritura, la lectura se convierte más en un sacrificio que una actividad
placentera. Por ello, si nosotros les leemos podrán disfrutar de la historia, y
poco a poco podremos ir delegando en ellos alguna tarea: Como leer la frase que
diga algún personaje, luego que sean ellos los que se encarguen de algún
párrafo, luego leyendo una página cada uno... ¡Siempre asegurándonos de que el
niño está comprendiendo bien la historia!
8. Exagera en la lectura:
¡Entusiásmate!
¡Emociónate! En vez de leer con un tono monótono cada párrafo del cuento,
cambia las voces poniendo una a cada personaje, ponle emoción al cuento
enfatizando las preguntas, las exclamaciones, las aventuras, los problemas y
sus soluciones… Representa incluso el sonido del coche en caso de que aparezca
uno, de la vaca, del perro, ¡de lo que sea! Esto aumentará también el entusiasmo
de tu peque por el cuento.
9. Relee y vuelve a releer los libros
favoritos:
Ese cuento que
ya le has leído una vez y le encantó. Que le volviste a leer porque te lo
pidió. Que le leíste una vez más y comenzó a ser él mismo quien hacía las voces
de los personajes porque se lo está empezando a aprender de memoria. No
importa. Leedlo juntos las veces que haga falta. Volved a leerlo. (Reprime tu
aburrimiento si ya estás harto de leer el mismo cuento durante un mes). Esta
repetición hace que tu peque deje de ser sólo quien escucha la historia que le
lees, a que sea también quién participa, quien se sabe los diálogos y sus
partes preferidas… De nuevo creando la emoción por la lectura.
10. Llévale a la biblioteca:
Servirá para que
vea la biblioteca como un lugar conocido, al que puede ir cuando desee, y donde
encontrar miles de aventuras. Es el sitio perfecto para ver, tocar, y elegir
entre montones de opciones sin gastar nada. Que el dinero no sea un obstáculo
para la lectura. Y lo mejor es que en muchas bibliotecas programan actividades
en las que se leen cuentos para los niños que deseen ir, o se hacen actividades
de representación teatral, donde, además, podría conocer a otros niños de su
edad y seguir fomentando la pasión por la lectura.
Estas son
algunas ideas para conseguir que a tu peque le guste leer y decida hacerlo sin
tener que obligarle, disfrutando de ello en lugar de viéndolo como un castigo.
¿Se os ocurren más ideas para lograrlo? ¿Hacéis alguna otra cosa desde casa
para conseguirlo? Me encantaría saber vuestras ideas, ¡y seguro que ayudan a
más gente!
Belén Tomé - Psicóloga