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Creo que mi hijo tiene dislexia ¿Qué tengo que hacer?

Son muchísimos los casos de padres preocupados, sospechando que su hijo tiene dislexia o algún tipo de dificultad en el colegio, preguntándose qué es lo que tienen que hacer.

Percibir que tu hijo no rinde en clase a pesar de esforzarse mucho, o que empieza a rechazar actividades relacionadas con la lectura porque no consigue resultados por mucho empeño que le ponga puede hacernos sospechar que nuestro peque tiene dislexia.

Si nos encontramos ante una situación similar cabe preguntarnos ¿Qué debo hacer? ¿Cuáles son los pasos a seguir? Aquí os propongo una guía orientativa, pero lo más importante es que no ignoréis el problema ni penséis que se solucionará solo, ya que en muchas ocasiones no es así y solo conseguiremos frustrarnos y fomentar una baja autoestima en nuestro peque.

      1.      Estar informados.
EjerciciosDislexiaLa dislexia NO es una sentencia que va a condicionar tu vida al fracaso. NO significa que seas poco inteligente. NO quiere decir que no sirvas para estudiar y no puedas tener un buen trabajo. La dislexia implica una dificultad ESPECÍFICA para aprender a leer y escribir. Esa persona es perfectamente normal, pero que su capacidad para aprender a leer y escribir está por debajo de que lo que se esperaría por su inteligencia, la cual NO es inferior a la de sus compañeros que sí saben leer (de hecho muchísimas personas con dislexia son muy inteligentes y logran un gran éxito).  Es decir, sólo le cuesta la lectura y la escritura. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que muchas asignaturas basan su aprendizaje en libros de texto que requieren de su lectura para su aprendizaje (historia, lengua…), por lo que, si no se actúa, esta dificultad acabará afectando también en otras áreas.


      2.      Conocer las posibles señales de alerta.
Hay indicadores muy diversos, aunque también niños sin dislexia pueden presentar alguna de estas características, por lo que estas señales no deben tomarse como una confirmación absoluta. Las más relevantes y frecuentes son las siguientes:
-  Conocer el nombre de las letras.
- Conciencia fonológica: Ser capaz de reconocer cada sonido del que las palabras están formadas. Es necesario para ser capaces de transcribir cada letra a su sonido (lectura), y cada sonido a una letra (escritura). Presentar muchas omisiones (“atata” en lugar de “patata”), inversiones (“soaf” en lugar de “sofá”) o sustituciones (“tando” en lugar de “mando”) son algunos ejemplos. Es diferente si nos encontramos ante muchas faltas de ortografía (h, v/b, g/j…) ya que, aunque se representan con diferentes letras, su sonido es el mismo. En este enlace tenéis mucha más info sobre la conciencia fonológica.
- Memoria de trabajo: Es la capacidad de almacenar y manipular información en nuestra memoria. Para escribir una palabra debemos descomponerla en sílabas (ta-za), tomar la primera sílaba (ta), y descomponerla en los sonidos de sus letras (t-a), para recordar la forma en la que se escribía la primera (t), luego la segunda (a), luego pasar a la siguiente sílaba (za), etc.
- Velocidad de denominación: Velocidad con la que somos capaces de recuperar el nombre de objetos familiares de nuestra memoria a largo plazo. Se sabe que una baja velocidad de denominación se relaciona con la dislexia.

      3.      Consultarlo con profesores y equipo de orientación.
Ante estos casos es primordial hacer saber nuestras sospechas a los profesores del niño y contactar con el orientador o psicólogo del centro escolar. Ante el primer indicio. Esto nos ayudará a confirmar o no nuestras sospechas, así como a conseguir el apoyo y adaptaciones en caso de que sean necesarias. Si no tuviésemos la suerte de contar con esos profesionales en el propio cole o no se lograse una respuesta satisfactoria, se debe asistir a un Centro Psicopedagógico, asociación o gabinete profesional donde podrán comprobar si vuestro peque padece o no los síntomas característicos de la dislexia y podrán orientarnos en cómo procederán en su intervención y cómo debemos actuar desde casa.
Un diagnóstico preciso de dislexia no puede realizarse hasta al menos 2º o 4º de Educación Primaria, cuando el aprendizaje de la lectura y escritura comienza a ser más estable. Su diagnóstico se basará en la observación de una gran diferencia entre sus capacidades generales (las cuales deben encontrarse dentro de la normalidad) y su capacidad lectora.

      4.      Actuar se diagnostique o no.
Es posible que desde nuestra primera sospecha de dislexia hasta que se confirme el diagnóstico pase mucho tiempo. Inicialmente por querer quitarle importancia a la situación (negar el problema), por valorar si es “tan serio” como para consultar a un profesional (si tienes dudas, es suficientemente serio), y porque un diagnóstico preciso no se puede realizar hasta que el niño esté al menos en 2º de Primaria... Lo que no podemos hacer mientras se confirma o no el diagnóstico “esperar a que madure y se le pase”, ya que son necesarias ayudas e intervención, y los mejores resultados se van a obtener a edades muy tempranas. Incluso aunque finalmente el pequeño no padezca dislexia, la ayuda profesional (y nuestra colaboración), habrán ayudado igualmente a mejorar su capacidad lectora. Nunca es negativo intervenir para mejorar.

      5.      Buscar tratamiento y adaptación.
Tenemos que ser conscientes de que no hay un protocolo estandarizado de intervención que sea útil para todas y cada una de las personas con dislexia. Nadie te va a poder decir: "Ante la dislexia hay que hacer esto". No. Cada niño tendrá problemas en unas tareas concretas que el profesional deberá evaluar para posteriormente intervenir sobre ellas. Por ello, el proceso a seguir siempre va a requerir una evaluación individualizada de cada niño para conocer con precisión cuáles son todas y cada una de sus dificultades respecto a la lectura y la escritura, en qué nivel se encuentra en cada habilidad, para, posteriormente, centrarnos en su tratamiento e intervención.
Mientras tanto, en el nivel escolar se requerirá una adaptación no significativa, lo que quiere decir que el niño tendrá los mismos objetivos y contenidos escolares que sus compañeros, pero su acceso a estos debe ser diferente (para evitar, por ejemplo, la dificultad que supone para un niño con dislexia estudiar historia aunque se le de genial esa asignatura, ya que se basa en la lectura del libro de texto). Para ello los profesores deberán estar informados sobre la dislexia y las adaptaciones escolares, algo que, desgraciadamente, no siempre ocurre.

      6.      Participar en el tratamiento desde casa.
Lo primero que tenemos que hacer como padres es normalizar la situación. Ayudarle a entender que él no es menos válido ni menos inteligente que el resto de sus compañeros. Ayudarle a entender que su dificultad afecta específicamente a la lectura, pero que trabajando con los profesionales que se encarguen de su intervención y nuestro apoyo tendrá el mismo éxito que los demás. Será muy positivo, si el niño está de acuerdo, explicarle al resto de sus compañeros su situación para lograr su comprensión y ayuda, en lugar de que la dislexia sea fuente de burlas innecesarias.

Realizar diversos ejercicios o tareas en casa junto a nuestros peques siempre será de ayuda, pero teniendo en cuenta que es muy importante armarse de paciencia, y que fallar muchas veces solo es un camino un poco más largo hacia el éxito.


Belén Tomé -  Psicóloga


El poder de tus palabras en el rendimiento de niños con dislexia.

Estoy segura de que, si haces un poco de memoria, puedes encontrar alguna cosa que nunca has llegado a hacer porque alguien (o todo el mundo) dijo que no lo conseguirías, o que era algo imposible. Por ejemplo, no haber llegado a comenzar siquiera esa dieta que siempre pospones, no haber echado el curriculum en ese puesto de trabajo para el que había tantísimos aspirantes, no haber tratado de arreglar ese mueble de casa… Porque alguien te dijo que no podrías, que no valías, que era imposible.
Cuando llegamos a creer firmemente que, hagamos lo que hagamos, independientemente de todo el empeño que pongamos, no vamos a conseguir algo, simplemente no haremos ni el mínimo intento por lograrlo. Podemos pensar… ¿Para qué me voy a esforzar si igualmente no lo voy a conseguir?

Seguro que lo habéis escuchado alguna vez. Es ya famoso aquel proverbio que versa “Y como no sabía que era imposible, lo hizo”. Me parece muy apropiada esta historia que leí hace poco:

Había una vez dos niños que patinaban sobre una laguna helada. Era una tarde nublada y fría pero los niños jugaban sin preocupación. De pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua, quedando atrapado. El otro niño, viendo que su amigo se ahogaba bajo el hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró romper la capa helada, agarró a su amigo y lo salvó.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaban cómo lo hizo, pues el hielo era muy grueso. “Es imposible que haya podido romperlo con esa piedra y sus manos tan pequeñas”, afirmaba.
En ese momento apareció un anciano y dijo:
   - Yo sé cómo lo hizo.
   - ¿Cómo?
   - No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

El nombre para este suceso es el Efecto Pigmalión. Consiste en que las creencias que una persona tiene sobre otra pueden llegar a hacerse realidad. Pueden llegar a afectar a la conducta, y en consecuencia, al rendimiento de esa persona. Es como una Profecía Autocumplida, porque somos nosotros mismos quienes permitimos que ésta se cumpla. Esas expectativas que alguien tiene sobre nosotros nos incitan a actuar de manera que esa creencia se vuelva cierta.

EjerciciosDislexiaHace muchos años, Rosenthal y Jacobson realizaron un estudio súper interesante sobre este tema. Hicieron creer a los profesores de un colegio que determinados alumnos, elegidos aleatoriamente, eran los más inteligentes y capacitados de la clase. Les dijeron que habían obtenido una puntuación elevadísima en un test, que eran superdotados, cuando, en realidad, sus resultados eran similares a los del resto de alumnos. La consecuencia fue que, efectivamente, a final de curso, al valorar sus resultados académicos, consiguieron mucho mejores resultados escolares y mejores calificaciones en los exámenes. ¿Cómo podemos explicar esto? Gracias a la profecía autocumplida o Efecto Pigmalión que llevaron a cabo los profesores. Su expectativa era que esos alumnos obtuvieran mejor rendimiento y calificaciones, de manera que, inconscientemente, se esforzaron más en solventar sus dudas, les hicieron creer en sí mismos, y estimularon en mayor medida su aprendizaje.

Nos esforzamos mucho por educar a nuestros hijos lo mejor posible. Les decimos lo que está bien y lo que está mal, tratamos de enseñarles a que respeten a los demás, a que se esfuercen… Pero tenemos que tener en cuenta que también le transmitimos las expectativas que tenemos sobre ellos. Si creemos en nuestros pequeños, ellos también creerán en sí mismos, y será mucho más fácil alcanzar el éxito en aquello que se propongan. En este enlace tenéis mucha más información sobre lo importante que es el Efecto Pigmalión en nuestra vida cotidiana.

Hace poco encontré este vídeo, y me parece que narra a la perfección cómo nos puede jugar una mala pasada las expectativas que alguien tenga sobre nosotros. Pero también al revés, también puede darnos alas para conseguir lo que se quiera. Si tenemos un hijo con dificultades de aprendizaje o dislexia no se lo hagamos aún más difícil, confiemos en él y hagámoselo ver. No permitamos que se dé por vencido y mucho menos antes de intentarlo.


¡No tiréis la toalla, con esfuerzo todos podemos lograr aquello que nos propongamos!


Belén Tomé - Psicóloga


11 curiosidades de las personas disléxicas ¿Cuánto sabes sobre la dislexia?

Ser disléxico también tiene ventajas. Aquí encontrarás 11 curiosidades de las personas con dislexia que seguro que no sabías:


1- Los disléxicos tienen más capacidad de visualización: 

En los disléxicos el pensamiento en imágenes es de 400 a 2000 veces más rápido que el pensamiento verbal, y no sólo eso, también es más completo y profundo, ya que una imagen siempre se ajustará más fácilmente o lo que quiera expresar o significar una palabra.

2- Muchos genios han sido disléxicos

Hay un gran número de mentes destacadas en distintas materias que han tenido dislexia. Desde científicos como Albert Einstein y Thomas Edison, a artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney. No fueron genios superando su incapacidad, lo fueron gracias a ella, así que en ocasiones la dislexia puede ser un talento que se manifiesta de menor o mayor manera en la gente.

3- Los disléxicos pueden ser más intuitivos que otras personas: 

Las personas que razonan de forma visual pueden darte la respuesta de ejercicios matemáticos sin llegar a usar ni lápiz ni papel, y los resuelven sin la necesidad de seguir el proceso convencional. Einstein llegó hasta la teoría de la relatividad súbitamente, como si fuese una intuición cuando en realidad es una forma muy desarrollada de razonamiento que para otros es muy difícil de entender.

4- Las personas con dislexia son más curiosas que los demás: 

El pensamiento de los disléxicos usa todos los sentidos para conocer el entorno y funciona con más rapidez que el de otras personas, lo que provoca que los que quienes tienen dislexia tengan más curiosidad por lo que ocurre a su alrededor. Si esta habilidad no se inhibe desde el exterior, puede llegar a producir una gran capacidad creativa.

5-  Puedes ser disléxico en un idioma y en otro no: 

Este es un caso muy curioso y no suele darse muy a menudo, pero algunas personas bilingües han demostrado tener síntomas de dislexia en uno de los idiomas que dominan, mientras que en el otro no tienen ningún problema para leer y escribir. ¡Qué suerte! este es el estudio.

6-  La dislexia se debe a ciertas anormalidades neurológicas que pueden ser tratadas: 

Las redes de conexiones neuronales que conforman los circuitos lingüísticos no están ordenadas correctamente. Los errores neuronales se presentan en los lóbulos temporal, parietal y frontal izquierdo de cerebro, actualmente existen programas de ejercicios clínicos para tratar la dislexia que permiten estimular los módulos cerebrales dañados. Yo suelo utilizar CogniFit en la intervención y la verdad es que se nota cómo los peques mejoran sus destrezas, prometo escribir en breve un post dedicado este programa.


7-  La dislexia no está relacionada con la inteligencia: 

Las personas que padecen dislexia no son menos inteligentes, simplemente tienen una disfunción estructural en una determinada red nerviosa, en un determinado módulo independiente, que les impide procesar la información y acceder a ella normalmente. Este déficit en las conexiones neuronales que procesan el lenguaje afecta sistemáticamente al aprendizaje porque dificulta la lectura, escritura y en general, la decodificación fluida de cualquier símbolo.


8-  Las personas afectadas por dislexia presentan menores niveles educacionales y mayor tasa de desempleo: 

Es paradójico que la dislexia no esté ligada a la inteligencia, en cambio estudios demuestran que sí está asociada al fracaso escolar y a mayores tasas de desempleo. Muchas veces esta patología sigue confundiéndose en el cole con falta de esfuerzo o de interés. Cuando un alumno no obtiene buenos resultados en el aula, lo más cómodo es pensar que es porque no se esfuerza, porque es vago, inmaduro, porque no quiere trabajar en casa, o porque no le interesa estudiar.  Y aún más grave si cabe, esta dificultad también se puede atribuir a una falta de capacidad, o dicho más vulgarmente, a que el niño “es tonto”.
Apenas existen implantadas estrategias de detección precoz durante el proceso escolar, de modo que es probable que el sistema haya conducido a muchas personas con dislexia a creerse a que son menos válidos que el resto, peores estudiantes y menos inteligentes. 

9-  Más del 40% de los alumnos que abandonan la escuela sufre dislexia: 

Un dato bastante curioso y triste, sobre todo, teniendo en cuenta que este estudio publicado por Eurostat determina que España tiene el índice de abandono escolar más alto de toda la UE.  ¡Un 21.9% de nuestros jóvenes abandona el colegio! (Este porcentaje duplica la media Europea 11,1%). Si se implementasen estrategias de detección precoz de la dislexia en el aula. ¡Podría reducirse el abandono escolar nada menos que un 40%! 


10-  Hay investigaciones que afirman que el 30% - 48% de los presos ¡Padece dislexia!:

Hay estudios que afirman que la dislexia es una patología bastante común entre los delincuentes, los porcentajes de prevalencia varían dependiendo de la investigación, pero se determina que alrededor del 30%-48% de los presos ¡Es disléxico! ¿Y esto a qué puede deberse? Ya hemos hablado antes de que el sistema de educación actual puede conducir a muchos niños con dislexia a creerse menos válidos, menos inteligentes y más torpes que el resto. Una vida llena de fracasos, incomprensión, estrés y esfuerzo no recompensado puede determinar nuestra etapa adulta de forma crucial. 

Y para terminar la lista, una ventaja bastante curiosa de las personas con dislexia ¡Que me ha encantado!

11-  Existen investigaciones que afirman que el 40% de los ricos ¡Son disléxicos!: 

Una curiosa investigación publicada por el grupo Tulip Financial Research y publicada en el dominical ‘The Sunday Times’ determina que para ser rico no tienes por qué ser disléxico, pero que sin duda, ser disléxico ayuda. ¿Cómo es posible? Muy fácil esto es debido a que las personas con dislexia se enfrentan a muchas dificultades a lo largo de su infancia y quién logra sobreponerse a ellas y desarrollar estrategias de pensamiento alternativas puede convertirse en una mente brillante. Así que ya sabéis, no dejéis de practicar estos ejercicios y juegos para superar la dislexia. :-)

Esta es una pequeña lista de cositas interesantes sobre la dislexia, si quieres añadir alguna curiosidad o ventaja, por favor, envíamela. ¡Será fantástico conocerla y añadirla a esta lista!
Curiosidades de dislexia - ventajas de las personas con dislexia