Fomentar la lectura comprensiva o comprensión lectora a través de juegos y actividades divertidas es fundamental para ayudar a nuestros hijos con dislexia. Estos ejercicios que voy a proponeros hoy están indicados para niños de primaria. Especialmente para aquellos que están en segundo ciclo: 3º-4º de Primaria, que es cuando se les exige ser capaces de leer y entender correctamente los textos.
Comprender aquello que leemos es imprescindible para poder llevar al día el resto de materias del cole, por eso, hoy quiero compartir con vosotros nuevos y entretenidos ejercicios que podéis practicar en casa. Estos ejercicios fomentarán la comprensión lectora de vuestros pequeños, permitiéndoles ir superando poco a poco las dificultades asociadas a la dislexia. Y lo que es más importante, ¡pasárselo en grande con vosotros!
Antes
de empezar a explicar otra habilidad importantísima en la lectura comprensiva,
tal vez nos haga falta revisar este ejercicio
para mejorar la comprensión lectora, y que quienes aún no hayáis
probado el juego, lo pongáis a prueba con vuestros peques. Seguro que después de ponerlo en práctica ¡Se
empiezan a interesar por la lectura!
Pero antes, un poquito de teoría. Hoy quiero que nos centraremos sobre otro punto importante para una buena
comprensión de los textos, y es la utilización
de las características del texto para mejorar la comprensión.
Hay
recursos que aparecen en los propios textos que pueden facilitarnos mucho la tarea de
lectura. Uno de ellos sería el contexto
lingüístico del texto, que nos puede ayudar en muchas ocasiones a comprender una palabra o una
frase por asociación. Conocer de qué nos está hablando el resto del texto nos ayuda a identificar nuevas palabras. Vemos en el ejemplo siguiente la importancia del contexto lingüístico:
- ¿Qué es el contexto lingüístico? Toda aquella
información de un texto concreto. Por ejemplo, de qué habla el párrafo
anterior, es el contexto para entender de lo que estamos hablando en el siguiente. O qué
palabras hay alrededor de otra palabra concreta en una oración. O en qué
situación aparece ese texto (en clase, en un periódico, en un cuento...).
- ¿Cuándo utilizamos el contexto lingüístico en la
lectura? Quienes no tenemos dificultades en la lectura, leemos sin necesidad de pensar, y no damos tiempo a
que este contexto lingüístico tenga efecto sobre nosotros, ya que somos muy
rápidos leyendo.
En cambio, en niños con
dislexia el contexto puede ayudar, y mucho, ayudando a los peques a dar sentido
a palabras que se les hacen un poco más difíciles de entender (vemos la
importancia de que el niño conozca algo del tema sobre el que está
leyendo, para que el contexto le pueda ayudar a
comprender).
Para entenderlo mejor, tanto
quienes leen perfectamente, como quienes no tanto, utilizan estos recursos siempre, de manera inconsciente. Pero lo que les distingue es la rapidez del procesamiento de las palabras, que es más lento en los malos lectores, y les deja más tiempo para que el contexto ayude.
Otro recurso muy importante es saber utilizar a nuestro favor la estructura del texto.
Otro recurso muy importante es saber utilizar a nuestro favor la estructura del texto.
- ¿Qué es la estructura del texto? La forma en que un texto está organizado. Incluye su título, la organización de sus ideas principales y cómo se relacionan entre sí.
- ¿Cuándo utilizamos la estructura de un texto en la lectura? Quienes no tenemos dislexia sabemos (aunque lo sabemos sin pararnos a pensar en ello) que el título de un texto ya nos está dando una pista sobre qué tratará lo que vamos a leer. También sabemos qué información de lo que estamos leyendo es necesaria para entender el resto del texto. Y lo que es más importante, al saber reconocer qué información es más relevante, nos será más fácil hacer un resumen, y estudiar sólo lo relevante y no todo de memoria y sin entenderlo.
Un
ejercicio para mejorar la comprensión
lectora podría ser preguntar siempre al niño con dislexia tras la
lectura de un texto cuáles son las ideas principales que él ha entendido. Se
puede empezar pidiéndole que diga el tema central de un texto (como
preguntándole qué título le pondría), y cuando ya sepa hacerlo, que encuentre
las ideas principales. Tiene que aprender a nombrar en primer lugar las ideas
fundamentales, y después las que derivan de éstas (secundarias).
Por
ejemplo, para ello podríamos utilizar incluso el juego
de comprensión lectora que ya practicamos con ellos, con las notas
escritas de la búsqueda del tesoro:
Recordaremos la primera
nota: “Hay una sorpresa en algún lugar de
casa. Lee con un poco de atención y verás cómo lo encuentras: Lo primero que
tienes que hacer para superar la misión es entrar en el salón y mirar debajo de
los cojines del sofá”.
Lo siguiente que tendríamos
que hacer sería preguntarle al niño qué título le pondría a ese texto. Tal vez
nos diga “la búsqueda del tesoro”, o “busca lo escondido”, o muchísimas otras posibilidades.
Lo importante es hacerle ver que el título refleja algo importante de lo que
trata el texto.
Y en cuanto a la idea
principal, ¿cuál es? En este caso es la que aparece en la primera línea. Le
podemos ayudar preguntándole “¿qué es lo que ves tú más importante en toda esta
nota?”, y hacerle entender que lo principal, de lo que se derivan todas las
demás ideas, es que ¡¡hay una sorpresa en algún lugar de la casa!!
Si ya hemos dominado todo
lo anterior, incluso podemos preguntarle por las ideas secundarias, que sería dónde
está escondida aquella sorpresa.
También
se puede hacer otro juego para que el niño tenga más interés. Por ejemplo,
escribimos un texto simple (y cada vez serán más difíciles) sobre un tema que
interese al niño. Después, cortamos ese texto en dos, y le pedimos que diga qué
parte del texto él pondría antes, o sea, que lo ordene como si fuese un puzle.
Cuando vaya aprendiendo a hacerlo, podríamos cortar el texto en tres, y más
adelante en cuatro.
Para
este puzle, podríamos cortar un texto en estos dos apartados:
-
Las
manzanas son una fruta comestible: Este fragmento debería ser colocado por
el niño en primer lugar, ya que introduce el tema principal del texto (o como
hemos dicho antes lo que podría ser el título: las manzanas).
- Además,
hay muchos tipos de manzanas, pueden ser verdes, rojas, grandes, pequeñas…
Este fragmento debería ser colocado justo después del anterior, ya que
especifica las diferentes ideas secundarias de la idea principal, o sea, los
diferentes tipos de manzanas.
Y
cómo no, una vez que el peque vaya mejorando en la comprensión lectora, sería
de lo más interesante que cada pista para el juego del tesoro estuviese
dividida en un par de piezas de un puzle, y tuviese que juntarlas para
encontrar la siguiente. Y como ésta, ¡todas las opciones que se os ocurran!
¿Qué
os parecen las nuevas ideas? Seguro que cada día que practicáis con ellos les
cuesta un poquito menos y se interesan un poquito más.