Divertidas actividades para mejorar la escritura en personas con dislexia.

Como siempre, lo primero que tenemos que hacer ante un caso de dislexia o ante la presencia de dificultades en la lecto-escritura, es encontrar las dificultades concretas que presenta la persona, ya que, como en todas las cosas, cada persona con dislexia es un mundo. Una vez que tengamos una lista bien definida de dónde se cometen más errores (lo cual sabremos con la simple observación de su lectura y escritura, anotando los errores más frecuentes) ¡podremos empezar a trabajar y a ayudar por nuestra cuenta! Aquí os ayudaremos con algunas actividades muy amenas para mejorar la escritura de niños con dislexia.

Si los errores más frecuentes son la omisión de letras, la inversión, la sustitución de unas letras por otras en la escritura, podríamos comenzar con este juego que mejora la escritura de palabras. Si los errores más frecuentes son la unión y separación de palabras, con el juego que veremos aquí seguro que conseguimos mejorar un montón. Yo he utilizado este juego varias veces ¡y los niños escriben cada vez mejor!

Tenemos que tener en cuenta que empezaremos con frases cortitas, con palabras cortas y fáciles, que ya conozca el niño, para que al principio se puedan centrar sólo en separar bien las palabras. Poco a poco, irán haciendo la separación correcta casi sin tener que pensarlo, e iremos alargando tanto las frases como las palabras que las componen. Además, al mejorar la escritura, con la práctica ayudaremos a mejorar también la lectura.

Una vez hayamos pensado en varias frases fáciles y cortitas, las numeraremos (del 1 al 6, por ejemplo), y dejaremos que sea el propio niño quien elija por qué número quiere empezar, para que se sienta partícipe del juego, que vea que él también puede decidir en algo. Ahora le proponemos el juego para mejorar la escritura en personas con dislexia:

¡Vamos a jugar a detectives de palabras! Tenemos una lista de 6 frases, y nuestra misión va a ser encontrar todas las palabras que están escondidas en cada frase. ¿Tú crees que podremos? Estoy segura de que sí, ¡entre los dos lo conseguiremos! A continuación le pedimos al niño que comience diciendo un número de la lista (en este caso del 1 al 6), y seguimos los siguientes pasos:

-    Leemos la frase que el niño ha elegido sin que la vea escrita. Por ejemplo: “Me encanta salir con mis primos”.
-    Le decimos que coloque las manos encima de la mesa con los puños cerrados, y vamos estirando un dedo de su mano al nombrar cada palabra de la frase (cuando sepa hacerlo, dejamos que lo haga él solo, sin nuestra ayuda): En este caso tendremos que terminar con 6 dedos, ya que la frase tiene 6 palabras.
-   Representamos en un folio cada una de las palabras, por ejemplo, con una línea (sobre la cual luego tendremos que escribirla). En este caso dibujaremos 6 líneas sobre las que más adelante escribiremos cada una de las 6 palabras de la frase.
-     Nos aseguramos de que el niño sabe qué representa cada una de las líneas (que reconozca que cada línea es una palabra). Vamos señalando cada línea y pidiéndole que nombre la palabra que representa.
-    Le preguntamos qué palabra cree que va a ser más difícil de escribir de las que hemos encontrado en esa frase, y la marcamos con una crucecita para acordarnos luego de prestar más atención a la hora de escribirla. En este caso, podría ser primos, ya que tiene una sílaba trabada (PRI-mos).
-    Comenzamos por la primera línea: Le pedimos al niño que nombre la apalabra que representa, y dejamos que pase a escribirla, con el tiempo que necesite. Posteriormente, pasamos a la segunda palabra, dejando claro que son dos palabras separadas, y que, por lo tanto, se tienen que escribir separadas. Y así hasta terminar con toda la frase, prestando más atención a las palabras marcadas con una crucecita.
-  En las palabras marcadas con una crucecita podemos ayudarnos del juego para mejorar la escritura de palabras (con los cuadrados de cada sílaba y cuadraditos para cada letra). Este sería un  ejemplo del ejercicio:

Ejercicios dislexia

Una manera de hacerlo más divertido es seleccionar frases que tengan sentido y otras que no (como “los elefantes son rosas” o “me pongo los zapatos en las orejas”), para que los niños tengan que decidir, además, si las oraciones son reales. Además, de hacer que los niños se diviertan más, se sienten más competentes, ya que debido a que en la dislexia las dificultades sólo están en la lecto-escritura, les será una tarea muy fácil decidir si la frase que les leamos tiene sentido o no, y se sentirán mucho más autoeficaces al acertar siempre.

Los pasos que no sepa hacer él solo desde el principio los haremos nosotros, pero en cuanto veamos que el niño puede hacer algo por sí mismo, retiraremos nuestra ayuda (cuantas menos ayudas le demos mejor). El objetivo final es que piense en dónde empieza y termina cada palabra sin necesitar siquiera las líneas, aunque para esto necesitaremos varios días de práctica.

¿Qué tal os ha ido a vosotros? ¡Me encantaría saber si os ha servido de tanta ayuda como a mí!


Belén Tomé - Psicóloga


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