Tenemos que tener en cuenta que nuestros hijos no tienen ningún
problema, físico, motor, o deficiencia educativa, sino que presentan una
dificultad específicamente en la lectura que obstaculiza su comprensión.
La lectura cuenta con numerosos procesos intermedios que nos
permiten pasar de las letras escritas individualmente a la comprensión
global de un texto. En las personas sanas, estos procesos se llevan a cabo de
manera inconsciente y automática. En el caso de las personas con dislexia no es así. ¿Pero por qué?
Las personas que padecen dislexia presentan una disfunción en alguno de los procesos necesarios para la lectura que les impide realizar esta tarea de forma automática. No todos los casos son iguales, dependiendo del niño, la raíz del problema puede erradicar en una fase u otra.
Las personas que padecen dislexia presentan una disfunción en alguno de los procesos necesarios para la lectura que les impide realizar esta tarea de forma automática. No todos los casos son iguales, dependiendo del niño, la raíz del problema puede erradicar en una fase u otra.
Para ayudar a nuestros hijos con dislexia, se recomienda siempre comenzar a trabajar desde la fase inferior, la más elemental, para poder ir
asentando el aprendizaje, evitando así dificultades
o carencias en fases superiores y más complejas.
Antes de nada, es importante diferenciar entre la
capacidad de lectura de una palabra (traducir las palabras impresas), y la
capacidad de comprensión de un texto. Ambas competencias requieren, además, varias
fases para lograrlas.
En este caso analizaremos las fases para la lectura de una palabra, y
que pueden suponer una de las bases de la dislexia. Las desglosaremos a continuación
dando una serie de recomendaciones sobre cómo mejorarlas en casa, trabajando
con nuestros hijos codo con codo.
- Conciencia fonológica: La primera fase y más elementar para poder llevar a cabo el proceso de lectura. Implica la capacidad de reconocer que las palabras están formadas en los sonidos que las componen, es decir, reconocer sus fonemas o unidades de sonido. Según las evidencias, la conciencia fonológica es el requisito principal para lograr el aprendizaje de la lectura, de manera que quienes carecen de estas habilidades probablemente tendrán problemas a la hora de aprender a leer. En consecuencia, enseñar a reconocer los fonemas de las diferentes palabras mejorará su capacidad para aprender a leer. Una manera de mejorar esta capacidad podría ser dividir las palabras en sus sílabas, y una vez que realice este proceso adecuadamente, en sus letras o sonidos. Para hacerlo más divertido, también se pueden unir imágenes o dibujos que tengan el mismo número de sílabas, o que empiecen o acaben por la misma sílaba. O también encontrar por la casa o su habitación parejas de objetos que tengan el mismo número de sílabas. El siguiente nivel sería unir aquellas que empiecen/acaben por la misma letra. Otra opción sería decir palabras que empiecen o acaben por unas determinadas sílabas, o, un poco más difícil, por la misma letra.Recordad siempre reforzar al niño cada vez que lo intente y se esfuerce, acierte o no. Animadle siempre a continuar y hacerle ver que lo conseguirá.
- Decodificación: Es el proceso mediante el que traducimos símbolos gráficos (las letras y palabras escritas) a sonidos. Existen pruebas de que enseñar a los alumnos de manera sistemática a ser capaces de producir sonidos para letras o grupos de letras (correspondencia entre letra y pronunciación, llamada instrucción fónica) y mezclar esos sonidos para formar palabras supone una eficaz enseñanza inicial que ayuda a desarrollar este componente de la lectura. Es decir, tenemos que tratar de enseñar a nuestros hijos los sonidos que corresponden a cada letra o a cada combinación de letras. Una manera de practicar esto sería presentar una palabra escrita y pedirle al niño la segmente en sus letras. Posteriormente, debería asociar su correspondiente sonido a cada una de esas letras. El siguiente paso es ensamblar los sonidos formando sus sílabas, para finalmente ensamblar dichas sílabas formando la palabra. No olvides reforzar siempre, felicitando al pequeño por cada paso o avance, aunque se comentan algunos errores, es importante fomentar su persistencia.
- Fluidez decodificadora: Una vez que el niño ha aprendido a realizar las tareas anteriores, podemos pasar a esta fase que consiste en mejorar la capacidad de leer rápidamente, con expresión y ritmo. Esta habilidad depende de la automatización, es decir, que sea capaz de realizarlo sin la necesidad de focalizar toda su atención en cada uno de sus pasos. Es decir, el descifrado de cada una de las palabras debe realizarlo sin esfuerzo, para lo cual necesitará la práctica y repetida experiencia. De esta manera, lograremos que su atención se pueda dedicar en la comprensión del texto en lugar de en el descifrado de sus palabras. Para ello, hay varias alternativas. Pero todas precisan la ayuda de un lector experto (de nuevo, padres al poder). Una opción que funciona genial es la lectura simultánea de textos, que consiste en que ambos leáis de manera conjunta un texto en voz alta, siendo lo importante la práctica diaria. También se pueden realizar lecturas repetidas, que consiste en que el niño lea reiteradamente un breve pero interesante texto hasta alcanzar una fluidez apropiada, cuando se repetirá el proceso, pero con otro texto. Otra alternativa serían las lecturas encadenadas, que consiste en ir prolongando una oración inicial hasta construir un texto parecido a una historia. Por ejemplo:
“Ahí está el gato que vive en el barco del abuelo”.
“Las gaviotas siempre se posan al lado del gato que vive en el barco del abuelo”
“…”
“Las gaviotas siempre se posan al lado del gato que vive en el barco del abuelo”
“…”
- Acceso al significado: El último paso que tenemos que tratar de lograr es que nuestro pequeño logre el , la búsqueda del significado de una palabra en su memoria. Para ello, es condición necesaria que conozca el significado de aquella palabra que esté intentando leer.Para dicho aprendizaje de significado trataremos de estimular visualmente a nuestro hijo, tratando de lograr un reconocimiento rápido y global de las palabras. Podremos hacerlo mediante una técnica muy divertida: Por ejemplo, podríamos utilizar tres tipos de tarjetas: Una de ellas sería de introducción, en las que aparecerá un dibujo y su correspondiente palabra. La segunda, de afianzamiento, en las que aparecerá sólo el dibujo, y el niño tendrá que nombrarlo, logrando así que asegurarnos de que aprende esta nueva palabra. Por último, presentaremos las tarjetas de asociación, en la que sólo aparecerá la palabra, asegurándonos así de que la ha aprendido eficazmente.
Muy bueno, lo recomiendo!!
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