Mejorar la comprensión lectora en niños de primaria con dislexia

En personas con dislexia la comprensión lectora suele resultar misión imposible, y más a medida que los niños se hacen más mayores y la complejidad de los textos aumenta con cada curso, desde primaria hasta cursos más avanzados. Por ello os daré algunas ideas para mejorar la comprensión lectora en personas con dislexia o dificultades de lectura.

Ejercicios Dislexia
A los pequeños con dislexia les cuesta tanto entender los textos porque tienen que dedicar todos sus esfuerzos a tratar de descifrar poco a poco las palabras, buscar en su memoria su significado, luego hacer lo mismo con las siguientes palabras, para tratar de buscar el significado de la frase completa… Y así continuamente. Visto así, es fácil comprender que al tener que dedicar tanta atención y esfuerzo a cada frase, finalmente no les queden recursos para recordar y entender el significado conjunto de todo el texto. Es decir, les queda mucho menos espacio en su mente para dirigir sus esfuerzos a tareas más complejas que el descifrar palabras, como es la comprensión del texto. Y de ahí la frustración que frecuentemente presentan, y el rechazo por seguir con el esfuerzo sin resultados que les supone leer.

En cambio, quienes no tienen dificultades realizan todos estos pasos de manera completamente automática y sin ser conscientes, lo que, en parte, explica por qué es tan complejo que alguien que no conoce la dislexia y sus implicaciones (como, desgraciadamente, muchos profes) empaticen, comprendan y ayuden a quienes la padecen.

Antes de profundizar en la estrategia que plantearemos hoy, tal vez sea de utilidad recordar algunas actividades y ejercicios súper útiles para mejorar la comprensión lectora, como estos juegos para mejorar en casa la comprensión lectora o ideas para mejorar la habilidad de realizar inferencias mejorando la comprensión.

Por ello, una habilidad más que tendremos que fomentar en nuestros hijos con dislexia o con dificultades en la lectura es la metacognición. ¿Y esto qué es?, os preguntaréis. Esta palabreja (que no me he inventado yo) se refiere a que tenemos que ser conscientes de todo aquello que pasa por nuestra cabeza (o en este caso, la de ellos mismos). Es “el conocimiento del nuestro propio conocimiento”. Esta conciencia de lo que pensamos nos servirá para darnos cuenta de si estamos entendiendo o no el texto que estamos leyendo.
Cuando somos inexpertos o tenemos dificultad con la lectura, si texto presentase frases que no concuerdan con el resto, podríamos no darnos ni cuenta (imaginémonos otra vez este texto de ingeniería electrónica para entender a los pequeños con dislexia, donde nunca encontraríamos incongruencias porque no entendemos absolutamente nada). De hecho, será más probable que identifiquemos incongruencias al escuchar la misma información que al leerla, porque tendremos más atención libre que al leer un montón de palabras que nos suponen mucho esfuerzo.

Para mejorar estas habilidades metacognitivas podemos proporcionar a los niños una serie de preguntas generales que se puedan hacer a sí mismos a medida que leen. Algunas preguntas muy útiles que les podemos enseñar a que se planteen siempre son:
-    ¿Qué sé yo sobre el tema central del texto? El niño debería saber reconocer cuál es la idea principal del texto. Por ejemplo, con un texto que hable sobre dinosaurios, el niño debería plantearse a sí mismo si sabe qué es un dinosaurio, y qué información conoce sobre ellos, para que le facilite la lectura del resto del texto, buscando información nueva que complemente lo que ya sabe, o encontrando nueva información que aun no sabía.
-   ¿Cuál es su contexto? Es diferente si lee un libro que le han mandado en clase (donde debería leerlo con intención de aprenderlo), que si lee un libro que ha cogido porque le interesa (lo que leerá con intención de entretenerse o divertirse), ya que la manera en que habrá de centrar la atención será muy diferente.
-  ¿Cómo se relaciona este párrafo con el anterior? Es decir, si el siguiente párrafo nos está especificando más información sobre el tema principal anterior; si se proporcionan características; si habla sobre otro tema diferente; etc.
-    Imaginarme preguntas que me podrían hacer sobre este párrafo si estuviera en un examen (incluso aunque el texto lo esté leyendo por mera diversión y no sea para clase, ya que nos aseguraremos así de que comprende perfectamente los detalles).

También podemos proporcionarles ejercicios al acabar, como seleccionar entre varias opciones  (a, b, c o d) que nosotros mismos preparemos, cuál de ellas tienen más sentido según lo que han leído. Otra idea es escribir un texto para nuestros pequeños con dislexia en el que añadamos algunas frases que no tengan sentido en relación con el resto del texto para ayudarles a practicar a encontrar posibles frases inconsistentes con el texto leído, fomentando que se acostumbren a pensar siempre en qué están entendiendo y si encaja con lo anteriormente leído, es decir, promoviendo la metacognición, tan necesaria para la comprensión lectora.


Belén Tomé - Psicóloga